Gumpert Apollo, BMW M3 y Audi R8: juntos en EstorilAquí el imponente GUMPERT APOLLO:
Estar relacionado con el mundo del motor tiene una ventaja, tiene días mágicos. Son esos días en los que, si pudiese elegir en qué lugar del mundo estar, elegiría exactamente en el que estoy. Me ocurre cuando asisto al día de prensa del Salón de Ginebra, y me ha ocurrido en el evento de Estoril. Cuando el aperitivo es un BMW M3 no es difícil darse cuenta que el banquete va a ser abundante y de calidad.
La mañana empezaba con el BMW M3, en una prueba de frenada en mojado que servía para comparar las distancias de frenado, en igualdad de condiciones, de las gomas Michelin Pilot Spot PS2 respecto a uno de sus competidores.
Era la primera vez que conducía un BMW M3, y aunque el tipo de prueba no era el más adecuado para catar un coche, me sirvió para darme cuenta de lo impresionante respuesta de su motor y de su sonido. La austeridad en los interiores de BMW destaca más si cabe en un coche de estas características y precio, y hasta nos hace pensar si no hubiésemos preferido pagar 10.000 euros más a cambio de mejorar algunos detalles de sus plásticos interiores.
Respecto a las pruebas de frenada, tenemos como norma no publicar pruebas no auditadas por organismos independientes, por lo que nos reservaremos los resultados. Sólo os comentaré, a modo de anécdota, que de los doce participantes de mi grupo para once de ellos los neumáticos Michelin frenaron antes que los de la competencia, en una prueba que consistía en clavar los frenos a 80 km/h hasta la detención total.
Gumpert Apollo, el más extremo de los extremosEntre tanta caballería, el Gumpert Apollo destacaba por ser uno de los animales más fieros, sin casi pretenderlo. Es como si estuviésemos visitando un zoo y de vez en cuando pasase por allí un tiranosaurio rex. Si fuese un niño le tendría miedo a ese coche. Por motivos de limitación temporal no pude subirme a él como copiloto, aunque tenía la sensación de que hubiese perdido mi inocencia subido a él.
Sobre el papel cuenta con un 4.2 V8 de 650 CV de origen Volkswagen. Pero quizás os diga más de él de dónde viene. El responsable del Gumpert Apollo es un ex-ingeniero del grupo VAG que ha trabajado toda su vida para la compañía, y que hace unos años decidió llevar a cabo su sueño creando un superdeportivo homologado para calle, utilizando para ello todos sus conocimientos.
El resultado es este pequeño monstruito, en cuyo interior podemos encontrar elementos reciclados como los aireadores de un Audi TT o las palancas del volante y mando de luces característico de Audi. Ese sentimiento de cercanía choca con el resto de piezas creadas específicamente, un superdeportivo a medio camino entre artesanal y producido por una gran marca.
Un detalle curioso es el pequeño maletero situado en la parte trasera. Debemos levantar la carrocería y después abrir una caja en la que podemos depositar un maletín de un portátil. ¡Para que luego digan que estos coches no son funcionales!
Audi R8, ¡qué fácil se conduce!Una de las cosas que me llamaba la atención en las pruebas de comparativa de neumáticos era la diferencia de conducción entre los Porsche 911 GTS y los Audi R8.
Debo decir que los Porsche me han parecido más adecuados para circuito, con un tacto más deportivo, teniendo un pedal del acelerador más progresivo y dando más juego con su tracción trasera. Por contra, el Audi R8 me llamó la antención por lo sencillo que resulta manejar sus 430 CV.
Es el tacto característico de VAG llevado a su máximo exponente, la misma precisión que sentimos al conducir un Golf pero pisando a fondo su V8 en circuito. Y por supuesto una vez llegamos a una curva la tracción quattro hace que ser un piloto sea un juego de niños.
Uno de esos coches que sientes tan normal al conducirlo que te dan ganas de llevártelo a casa, pensando que ya es tuyo por lo bien que os habéis entendido. Y si no fuese por todas las miradas que atrae, al cabo de dos semanas te olvidarías de que llevas un superdeportivo y lo considerarías parte de tu familia.
Fuente: cortesía de diariomotor.com